HISTORIA DE UNA AMISTAD:
Cartas de José de la Cuadra a Benjamín Carrión
COMO A otros de su generación, a José de la Cuadra (1903-1941) le marcaron en lo político dos hechos trascendentes: la huelga de los trabajadores en Guayaquil (noviembre de 1922), que terminó en una masacre de hombres, mujeres y niños; y la revolución de jóvenes militares en Quito (julio de 1925). Tiempo en el cual –afirma Alfredo Pareja– se definió en De la Cuadra su «vida del espíritu», que podría traducirse en su indeclinable vocación por la creación literaria, a más del ejercicio del derecho.
De ahí su amor por la lectura y los libros, ese descubrir que en el relato, en la creación hay belleza y un orden posible que la realidad no ofrece. Las cartas de José de la Cuadra, aquí recogidas, van de 1931 a 1937, y corresponden al período de sus obras más importantes. Carrión es para él «uno de los más altos valores jóvenes» y representativos de nuestra intelectualidad fuera del país, y busca su amistad para hacerle llegar sus publicaciones, desde El amor que dormía (1930), pasando por Repisas (1931), hasta Los Sangurimas (1934) con el interés creciente por saber su criterio, e incluso solicitarle para su novela Palo’e balsa. Vida y milagros de Máximo Gómez, ladrón de ganado («que pronto terminará») un prólogo. Y siendo que había cuidado su escritura, muy celoso de su reputación, negarse a que se haga una antología de cuentos suyos por cualquier escritor.
A inicios de la década de los treinta, tras la elección de Neptalí Bonifaz como presidente de la República, el Ecuador vivía una convulsión político-social que terminó con la Guerra de los Cuatro Días en Quito. Se conoce a través de una carta que, al asumir el poder Alberto Guerrero Martínez, se designa a Carrión para la cartera de Educación, que deja al poco tiempo por disposición del Partido Socialista, al que pertenecía. Sin embargo, en 1933 será expulsado del partido cuando acepte ir a México como embajador del país.
De la Cuadra perteneció al Grupo de Guayaquil, conformado además de Gallegos Lara, Demetrio Aguilera y Gil Gilbert también por Alfredo Pareja. Tenían una concepción social de la literatura fruto de la crisis socioeconómica del Ecuador de esos años, por lo que su escritura se decantó por el realismo social. En De la Cuadra, sus relatos tomaron como tema fundamental el montuvio, el campesino de la costa tropical ecuatoriana, cuyo interés creció con sus recorridos por el agro costeño, llegando a conocerlo en sus caracteres esenciales, de ahí que su ensayo El montuvio ecuatoriano (1937) da cierto fundamento a sus narraciones, que sin duda fueron elaboradas con gran maestría, lo que determinó que De la Cuadra se convirtiera en el mayor narrador del grupo, no por edad sino por su indudable talento creativo y literario.
1
Guayaquil, 19 de febrero de 1931
Señor
Benjamín Carrión
Le Havre, France
Distinguido señor:
INCIDENTALMENTE he podido conocer hoy su dirección exacta1, y de inmediato le escribo. He deseado mucho hacerlo; pero, he fracasado en un primer intento. En efecto; hace algunos meses remití a usted, dirigido al consulado del Ecuador en esa ciudad, un paquete conteniendo dos libros míos. Tengo entendido que jamás llegaron; porque no recibí respuesta alguna de parte de usted.
Suponiendo, entonces, que la dirección era insuficiente, esperé a saberla bastante; lo que ha ocurrido gracias a mi amigo Gallegos Lara2, quien la tomó de uno de sus libros –Mapa de América3.
Repito, así, el envío de El amor que dormía… y Sueño de una noche de Navidad, de mi producción4. En breve, le mandaré Vitrinas5, libro de narraciones cortas que actualmente se imprime.
No es sólo el anunciarle el envío, el propósito de la presente. Guíame también el manifestarle mi agradecimiento, por la mención honrosa que hizo usted de mi persona en su artículo –“La República del Ecuador”6– aparecido en el sétimo número de Atlántico,7de Madrid.
Y, como decidida finalidad, el vincularme en amistad con usted, en quien he visto siempre uno de los más altos valores jóvenes de mi país, y uno de los pocos que –valga la frase– son representativos de la por ventura fuerte intelectualidad ecuatoriana de hoy en el Extranjero.
Por ello, me pongo a sus enteras órdenes, como sincero amigo y admirador,
J. de la Cuadra
[1] Benjamín Carrión se desempeñaba como cónsul del Ecuador en El Havre, Francia, desde junio de 1925 y estaba a pocos meses de terminar su gestión.
[2] El escritor Joaquín Gallegos Lara (1909-1947), coautor en Los que se van (1930, cuentos), junto con Demetrio Aguilera y Enrique Gil –base de lo que sería más tarde el Grupo de Guayaquil–; y autor de la novela Las cruces sobre el agua (1946). Su obra inscribe en la corriente del realismo social.
[3] Benjamín Carrión, Mapa de América, Madrid, Sociedad General Española de Librería, 1930.
[4] El amor que dormía y Sueño de una noche de Navidad, ambos de 1930 y publicados en Guayaquil por Artes Gráficas Senefelder. José de la Cuadra (1903-1941) integró el Grupo de Guayaquil, en el que fue considerado el más grande, no por edad sino por su talento. El otro miembro del grupo fue Alfredo Pareja.
[5] Vitrinas debió ser el nombre que De la Cuadra pensó inicialmente para Repisas (1931), pues en su bibliografía no consta ese título.
[6] En Atlántico, n. 7 (Madrid, diciembre de 1929), pp. 57-62.
[7] La revista Atlántico, cuyo subtítulo era «revista mensual de la vida hispanoamericana», fue fundada y dirigida por Francisco Guillén Salaya (1900-1965). Escasamente citada entre las revistas literarias y de vanguardia, sin embargo tuvo entre sus colaboradores a figuras como Francisco Ayala, Gregorio Marañón, Vicente Blanco Ibáñez, Ángel Valbuena Prat, Rafael Alberti. La revista se publicó entre junio de 1929 y mayo de 1930.
Facsímil
2
Guayaquil, setiembre 4, 1932
Señor doctor don
Manuel Benjamín Carrión
Quito
Distinguido amigo:
Escríbole la presente para manifestarle el agrado que siento por su designación para ministro de Educación Pública1.
Estoy convencido de que usted hará labor, aun dentro de la actual legislación vigente, por una completa renovación del ramo de acuerdo con las más avanzadas ideas2. Y, esto es siempre satisfactorio.
Lo saludo cordialmente,
José de la Cuadra
[1] En esa fecha, Carrión fue nombrado Ministro de Instrucción Pública del gobierno interino de Alberto Guerreo Martínez, quien había asumido la presidencia luego de la Guerra de los Cuatro Días en Quito y la renuncia del presidente electo Neptalí Bonifaz. En el cargo Carrión permaneció hasta el 16 de octubre, cuando renunció por disposiciones del Partido Socialista.
[2] Según refiere la prensa de esos años, como ministro, Carrión publicó un Plan de Labores, que muchos calificaron de utópico.
Facsímil
3
Guayaquil, abril 27, 1933
Señor doctor don
Manuel Benjamín Carrión
México, D.F.
Distinguido amigo:
El Dr. K. W. Körner1, cuya dirección postal es: LAUTERSHEIM (PFALZ) ALEMANIA, prepara en la actualidad estudios sobre literatura ecuatoriana. El Dr. Körner es versado en nuestra lengua: es el traductor alemán de El águila y la serpiente, de Martín Luis Guzmán2, y creo que actualmente traduce Los de abajo, de Mariano Azuela3. El Dr. Körner ruega a usted, por mi intermedio, que le remita directamente a él sus libros, así como, de ser posible, su foto y una ficha biobibliográfica.
Aprovecho la ocasión para desearle una magnífica estada en ésa4.
Lo saluda su cordial compañero y amigo,
José de la Cuadra
[1] Karl Wilhelm Körner, traductor alemán. Estudió letras francesas y se doctoró en 1928 con una tesis sobre Jacques Rivière y la literatura francesa entre 1905 y 1925. A comienzos de los años treinta, tradujo del francés al alemán la Historia de Francia desde la guerra, de Jean Prévost, publicada en 1932. En 1935 fue a vivir en Buenos Aires, en calidad de corresponsal de un diario alemán.
[2] Martín Luis Guzmán (1887-1976), novelista mexicano, cuyas obras giran en torno a sus experiencias de lucha en la Revolución mexicana (1910). Escribió los episodios de El águila y la serpiente durante su exilio en Hendaya, París y Madrid, entre 1926 y 1928, y lo publicó en forma de libro en 1928, bajo el sello de la Editorial Aguilar de Madrid. La traducción al alemán de Körner salió en 1932 y Thomas Mann le auguró una favorable acogida entre los lectores alemanes.
[3] Mariano Azuela (1873-1952), médico y escritor mexicano. Intervino en política y militó como médico en las filas de Pancho Villa. Autor prolífico, sus obras reflejan las contradicciones de la gesta revolucionaria; destacamos Los de abajo (1916), La malhora (1923), La luciérnaga (1931). De la novela Los de abajo hay una traducción al alemán por Hans Dietrich Diffelhoff, de 1930.
[4] Desde febrero de ese año, Carrión fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ecuatoriano en la Ciudad de México, cargo que lo desempeñó hasta fines de 1934.
Facsímil
4
Guayaquil, 15 de diciembre de 1934
Señor doctor don
Manuel Benjamín Carrión
Quito
Distinguido amigo:
Un ligero ataque palúdico me retuvo en cama por los días en que usted llegó1; y, así, deseoso de hacerme presente cerca del buen colega, le envié una tarjeta. Mas, confiaba en que usted permanecería de largos días en Guayaquil. Los periódicos dijeron eso. Mi sorpresa fue grande al leer, esta mañana, que usted había partido a ésa. Crea que lamento de veras no haber podido estrechar su mano cordial.
Bien mi estimado amigo; supongo que habrá usted recibido en México el ejemplar de Los Sangurimas2 que le envié. ¿Lo leyó?
Yo pienso ir por Quito a mediados de enero, y allá charlaremos muchas cosas. Mientras tanto, deseándole que su permanencia responda a lo que esperamos de usted sus amigos, en lo que confío, porque lo sé tenaz y valiente, me despido,
José de la Cuadra
[1] Al puerto de Guayaquil tras su desempeño diplomático en México, cuya aceptación significó para Carrión la expulsión del Partido Socialista.
[2] José de la Cuadra, Los Sangurimas, Madrid, Cenit, 1934.
Facsímil
5
Guayaquil, julio 12 de 1937
Señor doctor
Benjamín Carrión
Quito
Distinguido amigo:
Cúmpleme saludarlo muy cordialmente, deseando se encuentre bien, en unión de los suyos.
Supongo que ya se encuentra en sus manos el ejemplar de mi libro El montuvio ecuatoriano1 que, para mayor seguridad, hube de remitirle, como la presente, por intermedio de su sobrino Alejandro Carrión2.
En breve terminaré mi libro de relatos montuvios Palo’e Balsa. Vida y milagros de Máximo Gómez, ladrón de ganado3, el mismo que aparecerá en Buenos Aires. Para este libro me permito, desde ahora, solicitarle el prólogo4. Sobre este punto le escribiré con más detención.
Ahora bien; el objeto concreto de ésta es el siguiente: En la propaganda de la editorial Atahuallpa he leído que va a publicarse una antología de cuentistas ecuatorianos. Quiero manifestarle a usted, como director literario de la editorial, que, si la antología la hace Ycaza5, aun cuando me hiciera el honor de incorporarme, me resisto a figurar en ella. A un hombre como Ycaza, que llega hasta [a] falsear actas, lo creo capaz de todo; y, abrigo el justo temor de que me haga figurar malévolamente con alguna de mis producciones de principiante, para incidirme de daño. Distinta cosa sería si la antología la hace usted o cualquier otro crítico6.
Dispense que le ocasione esta molestia, y créame su amigo y admirador.
José de la Cuadra